Dentro del mundo del vino existen muchos términos técnicos e, incluso, algunos conocidos únicamente por los expertos de este ámbito. La complejidad para conocer todos esos tecnicismos, a veces, lleva a confusiones entre ellos, como ocurre con la cata y la degustación de vinos.
Aunque ambos conceptos implican oler y probar el vino para apreciar sus sabores, olores y matices, el análisis que se realiza y el juicio que se emite son muy diferentes en los dos casos. Si te interesa conocer las diferencias entre ambos términos, en este post de blog te las contamos. ¡Sigue leyendo!
La cata de vino
En el caso de la cata de vino, esta se centra en la evaluación técnica y detallada de las características de un vino, realizando un análisis sensorial y organoléptico. Para ello, es preciso tener todos los sentidos bien afinados, especialmente la vista, el gusto y el olfato.
Además de los sentidos, existen otras características importantes a la hora de catar un vino: alta sensibilidad, buena salud, capacidad de concentración y, muy importante, buena memoria para emitir, finalmente, un juicio crítico y libre de opiniones subjetivas, en la medida de lo posible.
El conocimiento previo sobre el mundo del vino también es de gran ayuda, ya sea sobre su elaboración, acerca de la viticultura o, incluso, sobre otros vinos.
El lugar y ambiente que rodea al catador también deben cumplir ciertos requisitos, con el fin de que la experiencia de cata sea lo más positiva y objetiva posible. Por un lado, es recomendable hacerlo en un ambiente relajado y en un espacio bien iluminado, para poder apreciar el color, entre otros aspectos. Los olores en la sala también deben evitarse, ya que pueden interferir en el análisis de los aromas del propio vino.
Es importante recordar que las opiniones subjetivas y gustos propios se deben excluir del juicio a emitir sobre el vino. El fin de la cata es analizar independientemente cada una de sus partes, elementos y matices, para llegar a definir el vino lo más objetivamente posible.
La cata es especialmente útil para los profesionales, ya que catando se puede conocer la procedencia, variedad o añada del vino.
Finalmente, cabe destacar que la cata es un proceso que precisa de entrenamiento y práctica para poder llevarlo a cabo de la mejor manera posible.
La degustación de vino
En cambio, en el caso de la degustación de vino, esta se considera una cata mucho menos técnica y en la que es posible valorar el producto más subjetivamente.
La degustación del vino es una experiencia de disfrute para experimentar el sabor del vino y comentar los matices que más gustan, las preferencias y opiniones personales, etc. En este sentido, se trata de una actividad mucho más flexible y distendida que la cata.
Durante la degustación se pueden crear maridajes para acompañar al vino con alimentos que resalten algunos de sus matices y disfrutar todavía más de la experiencia.
En la degustación lo primordial es compartir un rato agradable con otros amantes del vino en el que, incluso, se puede aprender.
¿Cata o degustación de vino?
En general, la cata supone una evaluación más técnica y detallada en la que se emite un juicio objetivo y profesional sobre el vino. Por su lado, la degustación es para disfrutar del vino y apreciar sus matices en un contexto más relajado en el que las opiniones son bienvenidas.
Ambas experiencias tienen su propio encanto y pueden ser apreciadas tanto por profesionales del ámbito del vino, como por aficionados.
Si eres un fanático del mundo del vino… ¡No descartes realizar ambas!