Condes de Albarei, una oda a la pureza del albariño

El buque insignia de la bodega se elabora con los mejores mostos flor de la bodega. Gracias a ello, logra condensar la máxima pureza varietal de una uva en su máxima esplendor

Los vinos albariños viven hoy días de vino y rosas. Alabados por la crítica y el gran público, la DO Rías Baixas es hoy uno los referentes de entre todas las denominaciones de origen españolas. Pero reparar únicamente en este detalle sería tan injusto como no reconocer que este estatus es el fruto de muchos años de trabajo bien hecho. De una tarea coral que ha permitido crear, año tras año, elaboraciones especiales. Únicas por su personalidad y su calidad. Como Condes de Albarei. Una oda a la pureza del albariño.

Un vino albariño con más de tres décadas de vida que, lejos de perder vigor, sigue siendo el buque insignia de una bodega que es, por derecho propio, uno de los referentes de este sector tanto en Galicia como en España.

Condes de Albarei ha sido siempre un ejercicio de integridad. De respeto y cuidado por unos valores que han identificado a los albariños desde que empezaron a ganarse el respeto de crítica y público. El vino se elabora con los mejores mostos flor de la bodega. ¿El objetivo? Expresar la máxima pureza varietal de la uva albariña.
Acudir, en definitiva, a la esencia de un territorio que ha hecho de esta cultura una de sus señas de identidad.

Cuando se traslada todo este trabajo a la degustación, aparece un excepcional vino de color amarillo dorado con reflejos verdosos. Un albariño limpio y elegante, fresco y con una acentuada persistencia aromática que en nariz se presenta con una intensidad media-alta, aromas florales y las siempre deliciosas notas de frutas blancas. Una oda a la pureza del albariño.

La riqueza de matices de la cata, la madurez que ha alcanzado este vino, no podría entenderse sin acudir a su historia. Condes de Albarei es una de las elaboraciones más antiguas de la DO Rías Baixas. Una empresa que vino al mundo con esa vocación de respeto y pureza que lo ha caracterizado en los mercados de medio planeta.

En el año 1991, sin ir más lejos, Condes de Albarei obtenía la medalla de oro en el Challenge International du Vin de Burdeos. Fue un premio de extraordinario valor: nunca antes un vino blanco español se había hecho con este reconocimiento.

Solo tres años después de la fundación de la bodega, Condes de Albarei conquistaba en un escenario tan complejo como el francés un premio que, en realidad, hablaba de un camino por recorrer. De una identidad que ha acompañado a la empresa desde entonces y que se ha traducido en decenas de medallas y reconocimientos.

Todas ellas muy valiosas y valoradas, ninguna tanto como el calor del gran público. El reconocimiento más genuino de todos.

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