Fiesta del Albariño, mucho más que una tradición

Un año más nuestra querida villa se viste con sus mejores galas para anunciar la llegada del momento más importante del año, la fiesta del albariño. 

Un evento que generación tras generación se viene sucediendo y que este año cumple nada más y nada menos que 69 años. 

Es cierto que en esta edición se mantendrán las medidas sanitarias adoptadas el pasado año a causa de la pandemia. Sin embargo, esto no es motivo para que no disfrutes de nuestra comarca y todo lo que esta te puede ofrecer.

La fiesta del albariño es más que un evento, se trata de la sintonía perfecta entre una comunidad y sus raíces. Una armonía que los cambadeses y cambadesas entienden como única y que cada año viven con pasión y emoción.

¿Quieres descubrir la historia que esconde esta celebración?, ¿adentrarte en el mayor evento del vino albariño?, ¿compartir con nosotros este emocionante momento?

Estés cerca o lejos de la comarca, vengas a Cambados o te quedes en casa, esta es tu oportunidad de vivir la experiencia a través de las palabras. ¿Nos acompañas?  

Un reto que se convirtió en tradición

Así es, como lo lees. 

Son muchas las tradiciones que surgen de sucesos aparentemente intrascendentes. Eventos que gracias a un maravilloso don de la repetición llegan a formar parte del legado cultural de una comunidad.

Algo similar se podría decir que ocurrió en nuestra comarca hace hoy más de medio siglo.

En una Galicia donde las imágenes en blanco y negro empezaban a dar paso a instantáneas llenas de color, la pasión por el vino se afianzanzaba en la zona. Tanto fue así que durante esta época se sucedieron las disputas entre propietarios de viñedos, quienes decían tener el mejor vino de la comarca. 

La más sonada de estas disputas fue la que protagonizaron Ernesto Zárate, Manuel Silva, José Rodiño, Francisco Fernández Aguiño y Bernardino Quintanilla.

Bernandino, vecino de la zona y propietario de un pequeño viñedo en la zona de Tragove, retó al terrateniente Zárate, el cual poseía una gran plantación en el municipio de Padrenda, a comprobar cuál era el mejor vino albariño.

De esta curiosa forma, ambos cosecheros se citaron el 28 de agosto de 1953 en la finca de Ángel Botana Gómez. El objetivo era celebrar un concurso donde se elegiría al mejor vino.

Para sorpresa de algunos, este evento motivó a otros bodegueros a presentar sus elaboraciones, favoreciendo que el número total de botellas ascendiera a 9. 

Llegado el día de esa primerísima Cata Prima que se realizaba, el jurado, formado por medio centenar de albariñeses, seleccionó los vinos que por sus características merecían pasar a la siguiente fase, la Cata Postrera. 

En esta última, salió vencedor José Rodiño Oubiña quien, con magnífico Albariño del predio de Carballás, sorprendió a todos sus competidores. 

Como ya has debido suponer, este fue el germen de una competición que se convertiría, con el paso de los años, en la mayor fiesta de la comarca.

El tiempo pasó y la fiesta no paró de crecer

Pasaron varios años hasta que este evento se convirtió en una fiesta al uso, ya que en un principio solo consistía en una cena de carácter privado donde intelectuales y escritores de la época ensalzaban las cualidades del vino. 

Con el paso de los años y el incremento del interés de la gente, la finca de la casa de Ángel Botana se quedó pequeña, por lo que tuvieron que buscar otras ubicaciones para la celebración del evento.

Entre ellos, lugares como los jardines del pazo de Ulloa o el pazo de Bazán, actualmente conocido como el Parador del Albariño, tuvieron la fortuna de acogerlo.

No obstante, no es hasta el año 2005 cuando se toma la decisión de asentar la celebración en los jardines del pazo Torrado, propiedad adquirida por el ayuntamiento de Cambados ese mismo año.

Pero si hay un momento clave en la historia de esta fiesta, ese ocurre en los años 60, cuando la celebración se abre a la participación del público en general.

Esto favoreció la renovación total del evento a través de desfiles de carros, catas públicas en A Calzada y, cómo no, el famoso pregón de Fefiñáns. Además, no faltaron las verbenas, deportes y folclore que dibujaron en el Cambados de la época un momento de éxtasis y alegría generalizada. 

Alegría que, sin ninguna duda, se vio incrementada con la proclamación por primera vez de Fiesta de Interés Turístico Nacional en el año 1977, ratificada en septiembre de 1990 conforme a las exigencias de la nueva ley. 

Los años 90 también marcaron avances importantes en esta celebración ya que Cambados ingresa en Acevín (Asociación Española de Ciudades del Vino) y, posteriormente, en Recevín, la equivalente Europea. 

Esa misma década se crea la Ruta del Vino, así como el Himno del Albariño, compuesto por Xosé Lois Foxo, director de la Real Banda de la Diputación de Ourense. Además, los peñistas del Albariño inundan las calles con sus coloridas y satíricas camisetas, creando una tendencia que traspasó generaciones. 

La fiesta del albariño en pandemia

La Fiesta del Albariño es uno de los mayores y más importantes eventos del panorama vitivinícola en España. Gracias a esta fiesta, Cambados ha erigido una personalidad y  carácter único en el mundo. 

Cuando en el año 2020 las gaitas dejaron de sonar y el bullicio de la gente desapareció de nuestras calles, los sentimientos no se podían esconder.

Desde la Denominación de Origen Rías Baixas y con la cooperación de gran parte de las bodegas se intentó reinventar la celebración, adaptarse a la nueva normalidad y aportar la mayor seguridad a nuestros visitantes.

Ese agosto no hubo nombramiento de donas e cabaleiros, tampoco nuestro querido pregón y mucho menos casetas inundando con sus elaboraciones nuestra alameda. 

Sin embargo, el albariño tenía que permanecer, así que lo único que se mantuvo fueron las catas, el túnel del vino y el paseo en barco por la ría de Arousa.

Pasamos de una fiesta a una simple edición, pero eso nos permitió mantener vivo el espíritu y brindar a los visitantes una experiencia más personalizada.

Este año, a pesar del ritmo de vacunación y los grandes esfuerzos realizados por todo el conjunto de la sociedad, volvemos a estar en una situación delicada debido al aumento de contagios. Por ello, se decidió que en esta edición, la número LXIX de la Fiesta del Albariño, solo se llevasen a cabo las tradicionales Cata Prima y Cata Derradeira. 

A pesar de estas duras decisiones, Cambados seguirá vibrando al ritmo del albariño, esperando pacientemente a que los viejos tiempos resurjan de sus cenizas.