Este podría ser un relato como otro cualquiera, una sencilla narración en la que señalamos los pormenores y eventos más trascendentales de nuestra historia. Sin embargo, va mucho más allá. Se trata de una oda a nuestra tierra, a nuestra tradición vinícola, a la perfecta alineación entre el crecimiento de nuestras vides y nuestra bodega.
Un legado que da comienzo en el año 1988, cuando un grupo de entusiastas, apasionados y sencillos viticultores del Valle del Salnés da un paso al frente y toma una decisión que marcará el futuro tanto de sus vidas, como de la región.
Hoy, mejor que nunca, podemos decir que teníais razón. Vuestra fe y trabajo han hecho que Adegas Condes de Albarei tenga sus propias páginas en la historia del mundo de la enología gallega e internacional.
Brotación: Nace Adega Condes de Albarei
El sol luce en todo su esplendor y las tímidas yemas de nuestras vides empiezan a brotar. En el año 1985, decenas de viticultores del Valle del Salnés arrimaron sus fuerzas para fundar Salnesur, un preludio de lo que 3 años más tarde estaba a punto de nacer.
Gracias a su esfuerzo, trabajo en equipo y al conocimiento heredado generación tras generación, este increíble grupo descubre el gran potencial que atesoran sus tierras y, más concretamente, sus viñedos.
Por eso, en 1988 y ante la abrumadora respuesta de la crítica, deciden fundar Adegas Condes de Albarei. Un proyecto cimentado en la tradición, buen hacer y especificaciones de nuestra uva. Todo ello amparado por 106 viticultores que compartían un mismo objetivo: demostrar el potencial y las características que tiene el albariño del Valle del Salnés.
Foliación: Comienzos como bodega
Las hojas emanan llenando de oxígeno nuestros viñedos, eliminando el exceso de agua absorbido por las raíces y convirtiendo la luz del sol en el mejor combustible para la vida.
Paralelamente, nuestra bodega empieza a andar, paso a paso, siguiendo las mismas convicciones que nos hicieron embarcarnos en este proyecto. Nuestro propósito y motivación inspirados en el saber hacer de nuestros antepasados, no solo favoreció el nacimiento de la bodega, sino que paralelamente la convirtió en obligada referencia de la Denominación de Origen Rías Baixas.
Apostar siempre por Galicia y por sus variedades autóctonas, como el albariño, resistentes a la climatología propia de nuestra tierra, ha sido uno de los pilares característicos del vino desde el principio. De esta forma hemos podido acercar la calidad del atlántico en cada botella.
Floración: Primeros éxitos e internacionalización
Como si de algo divino se tratase, la vid empieza a dar los primeros síntomas de floración y con ella, empezamos a hacernos una idea de cuándo podremos empezar a cosechar sus frutos.
Los resultados de nuestro trabajo no se demoraron demasiado. Tan solo tres cosechas después de empezar con la bodega tuvimos la gran fortuna de ser premiados por nuestro vino. Era el año 1991 cuando el prestigioso concurso internacional Challenge International du Vin de Burdeos nos concedió la medalla de oro.
Este galardón, el primero obtenido por un vino blanco español, nos permitió poner los ojos más allá de lo que jamás hubiésemos imaginado. Conseguimos que nuestros vinos llegasen a mercados tan distintos como Inglaterra, Estados Unidos, México o Japón.
Fructificación: Adquisición del Pazo Baión
De un color verde puro, las flores empiezan a dar sus primeros frutos. A veces, sus copiosos racimos hacen peligrar la propia integridad de la vid. Por eso, actuar a tiempo es un trabajo obligado para velar por su prosperidad.
Algo similar ocurrió con nuestra bodega. Queríamos reinventarnos, aportar algo nuevo a la sociedad, hacer llegar el vino de una forma totalmente diferente a la que la gente estaba acostumbrada.
Con el paso del tiempo y gracias a los éxitos que se fueron cosechando, esta inquietud nos llevó a experimentar por múltiples derroteros, hasta que por fin encontramos nuestro propósito, llevar a cabo el proyecto de enoturismo Pazo Baión.
Si bien 2008 fue un año complicado para nuestra sociedad, la esperanza, ganas y unidad con la que afrontamos el proyecto iluminaba el camino al éxito.
Pazo Baión llegó a nuestras manos y, desde entonces, no hemos parado de trabajar para construir un complejo de enoturismo que dé respuesta a las exigencias de los amantes del vino de todo el país.
Ha transcurrido más de una década desde que se iniciaron las labores de restauración y adaptación. Pero, como en la uva, este proyecto necesitaba ser mimado, cuidado y estudiado hasta el más mínimo detalle para que llegase a lucir en todo su esplendor. Algo que, sin lugar a dudas, se consiguió cuando abrimos sus puertas al público en 2011. Tan solo unos años más tarde, en el 2016, Pazo Baión sería distinguido con el premio a “Mejor Rincón Enoturístico de España” en los III Premios Rutas del Vino de España.
Un pazo que no solo brinda una experiencia vinícola o de esparcimiento, sino que también aporta a la sociedad, ya que el 5% de los ingresos de cada botella van dirigidos a programas de reinserción y prevención de drogodependencia.
No vamos a ver solo una bodega, sino que vamos a disfrutar de toda una experiencia. Las más de 30 hectáreas de finca presentan diferentes alturas entre viñedos, facilitando múltiples posibilidades de orientación. Además, el terreno granítico, junto a la riqueza hídrica que presenta el viñedo y sus días mayormente soleados, hacen de este paraje un sitio excepcional para la elaboración de vino en las Rías Baixas.
Entre los vinos que se han desarrollado aquí, exclusivos de la finca, destacamos Pazo Baión por ser nuestra creación insignia y, como no podía ser de otro modo, el mimado de la casa, Gran a Gran. Este último no se puede hacer todos los años, ya que necesita una vendimia tardía y, como su nombre indica, la recolección se hace manualmente, uva a uva.
Por último, nos gustaría destacar la importancia de este viñedo haciendo hincapié en su antigüedad. Una longevidad constatada ya que cuenta con el primer certificado de registro de una plantación técnica de vino en todo el territorio de las Rías Baixas.
Envero: Viñedos con mucha historia
Un verano más, nuestras uvas se van tiñendo hasta alcanzar su tonalidad final, concediéndole a nuestros ojos un deleite visual.
Y es que de esta forma, Adega Condes de Albarei cuenta a día de hoy con un valioso patrimonio de viñedos con más de 40 años de vida. Viñedos que nos permiten extraer una materia prima única y de inigualable calidad.
Albariños como Carballo Galego o Albarei Orixe son un buen ejemplo de ello; elaboraciones que proceden de cepas viejas y que son fermentadas en barricas bordelesas de roble gallego y roble francés respectivamente.
Sin embargo, nada perduraría tanto ni tan bien en el tiempo de no ser por nuestros viticultores, ellos son los encargados de cuidar de su parcela, siempre contando con el apoyo de la bodega. Cada sarmiento, tronco, brazo y pulgar es mimado hasta el último detalle, otorgándole al viñedo el mejor tratamiento por parte de estos maestros de la artesanía vinícola.
Maduración: Los mejores albariños Rías Baixas
Madurar significa alcanzar el desarrollo completo. En términos vinícolas, los meses de agosto, septiembre y octubre son claves. La uva logra la madurez y nosotros debemos acompañarla y ayudarla para que siga por el buen camino.
Por nuestra parte, llegar a esta etapa significa muchas cosas. Significa conocer el medio en el que nos movemos a la perfección, saber actuar ante cualquier circunstancia y, como no podía ser de otra forma, aceptar que la naturaleza es caprichosa y tiene su propio ritmo.
Este bagaje de experiencias, conocimientos y respeto por nuestra tierra es el que nos ha llevado a ser una de las referencias dentro de la D.O. Rías Baixas. Vinos de la talla de Condes de Albarei, el buque insignia de la bodega, han sido avalados por la crítica y el gran público durante años. Otros, como Pazo Baión, se han ganado el apoyo de los más exigentes gracias a la longevidad de sus cepas, las cuales les transmiten tipicidad y gran complejidad a los vinos.
Vendimia: Éxitos actuales
Hace 33 años se sembraron unas semillas basadas en ilusión, esperanza y ganas, muchas ganas de emprender una aventura que cambiaría nuestras vidas para siempre. Hoy, tres décadas después, podemos sentirnos orgullosos de los frutos que la paciencia, trabajo en equipo, voluntad y saber hacer nos han proporcionado.
Despedimos el año 2020 con las mejores sensaciones posibles. Siete guías de reconocido prestigio como la Guía Peñín, la Guía Proensa o la Guía de Vinos ABC , nos concedieron más de 90 puntos a distintas elaboraciones de la bodega. Estos reconocimientos se completaron con nueve medallas de gran oro, oro y plata tanto en certámenes nacionales como internacionales, de la talla del International Wine Challenge de Reino Unido o el Concurso Internacional de Vinos Bacchus.
Éxitos que alinean a Condes de Albarei con la excelencia y la sitúan como una bodega de referencia en el sector.
¿Parada?: Hacia dónde nos dirigimos
La vendimia representa el fin de ciclo de la vid y con ella nuestro viñedo entra en un periodo de letargo, de parada.
En este momento surgen algunas dudas que nos invitan a hacer autocrítica. Conocer nuestros aciertos y errores, fortalezas y debilidades, así como ser conscientes de que siempre damos lo mejor de nosotros mismos, nos ayuda a mejorar año tras año.
Nuestro trabajo no es solo nuestro. Detrás de Condes de Albarei hay cientos de viticultores que cada día nos ayudan a seguir velando por la calidad, tradición y buen hacer de nuestras tierras.
Y, por supuesto, no seríamos nada sin vosotros. Gracias por dejarnos estar a tu lado en esos momentos de expresión y de inspiración, por compartir con nosotros una forma de ver la vida, un sentimiento que va más allá de los sentidos.
¡Ah! Si os preguntáis hacia dónde nos dirigimos… Si algo tenemos claro después de 33 años, es que seguiremos escribiendo nuestra propia historia en el mundo del vino.